Cada grupo social compone una cultura a mayor o menor escala, en el caso de las empresas, sean que pertenezcan a grandes transnacionales o una PYME, sus costumbres y valores definen su forma de interactuar tanto interna como externamente.
Contrario a lo que se cree, la cultura empresarial no es el resultado de la forma de pensar de los empleados de una compañía, más bien cada persona que hace vida laboral en una empresa es seleccionada por poseer los valores que la caracterizan.
Al mantener su cultura empresarial estable y definida ante todos, hace más fácil la comprensión de los objetivos y los diferentes métodos que se emplearán para alcanzar dichas metas. Esto facilita que cada miembro de la empresa sepa lo que se espera de él como parte del equipo.